Reducción del riesgo de desastres en América Latina y el Caribe
La covid expone a cinco millones de personas a desastres y emergencias en América Latina
17 de marzo de 2022

A dos años del inicio de la crisis sanitaria de la covid-19, cinco millones de personas adicionales han caído en extrema pobreza en América Latina y el Caribe y han quedado expuestas al impacto de emergencias y desastres, según el más reciente informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC).

Sólo en 2020, al menos 1,5 millones de personas fueron desplazadas en Centroamérica como consecuencia de desastres relacionados con el clima, incluidos los huracanes Eta e Iota. A nivel global, desde el inicio de la crisis sanitaria al menos 139 millones de personas se han visto doblemente afectadas por la pandemia y los desastres relacionados con el clima.

En la región latinoamericana, el nivel de pobreza extrema -no visto desde hace 27 años- deja a las comunidades y grupos vulnerables más expuestos al impacto de las emergencias, como las vividas en las recientes lluvias e inundaciones en América del Sur.

Esto deriva de que "los ingresos, ahorros y poder adquisitivo de las familias más vulnerables han disminuido" en estos dos años, explica la directora del IFRC para América, Martha Keays, quien alerta de que "mientras no actuemos, en 2022 seguiremos atestiguando esos efectos en forma de hambre, exclusión y acceso desigual a las vacunas contra la covid-19".

"Para evitarlo, es urgente proteger los medios de vida de los más vulnerables, garantizar el acceso universal a la vacuna en los países de bajos y medios ingresos, e impulsar su aceptación entre la ciudadanía", urgió Keays.

Con esta idea también coincide Ghotai Ghazialam, gerente operativa de covid-19 para las Américas de IFRC, quien además añade que para "fortalecer la resiliencia" de los más vulnerables "y para evitar que caigan en una precariedad irreversible, es fundamental acelerar y apoyar su recuperación socioeconómica, garantizar su acceso a vacunas y a servicios integrales de salud".

COVID-19 EN COLOMBIA

En Colombia, donde la pandemia ha dejado más de seis millones de contagios y 140.000 fallecidos, también ha tenido un fuerte impacto en la economía, que a su vez ha derivado en una gran problemática con la inseguridad alimentaria, dejando a 7,6 millones de personas con necesidades humanitarias, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Algunos de los desafíos en el país andino han sido las brechas de acceso en zonas dispersas, con presencia de conflicto armados entre otras. En este sentido, una de las labores de la Cruz Roja Colombiana ha sido llegar a las veredas más apartadas, donde el Estado no puede llegar.

"La covid-19 que ha atacado al mundo entero ha sido una gran prueba de resistencia pero también de reconocimiento de las instituciones humanitarias", explica Judith Carvajal, presidenta nacional de la Cruz Roja Colombiana y la vicepresidenta del Comité Regional Interamericano (CORI).

En este sentido, Carvajal defiende que la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana "es referente a nivel nacional e internacional por cómo ha contribuido a esta crisis".

LOS RETOS EN AMÉRICA LATINA

Los principales retos en la región latinoamericana, cuenta en una entrevista a Efe el presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), Francesco Rocca, son la covid-19 y la migración.

A esto se suma un tercer desafío, "íntimamente ligado con la migración y la falta de oportunidades", que es la crisis climática, que afecta severamente a la región.

En este escenario, en 2022 los equipos locales de Cruz Roja seguirán promoviendo la preparación y reducción de riesgo de desastres, así como el acceso equitativo a vacunas e implementando sus programas de respuesta al COVID-19.

Estos programas tendrán continuidad especialmente en las zonas donde los índices de vacunación continúan siendo bajos, como en la región del Caribe, a través de transferencias de efectivo, la vacunación de poblaciones aisladas y el fortalecimiento de la confianza ciudadana en las vacunas, entre otros.